jueves, 31 de enero de 2013


EL FUTURO SE DECIDE EN ÁFRICA

El Islam inicia su existencia en el año 611 con la revelación al profeta Mahoma de la nueva religión, y la sharia, o modo de vida islámico, es recogida en el Corán como principio rector del Derecho Islámico, como de un medio de resolver los conflictos desde una dimensión jurídico-moral.

El enfrentamiento entre el Cristianismo y el Islam es una asignatura pendiente desde la Edad Media. El choque de civilizaciones, popularizado por el politólogo norteamericano Samuel Huntington en 1991, es un hecho que no ha podido resolver la iniciativa de José Luis Rodríguez Zapatero, (inicialmente expuesta por el entonces presidente de la República de Irán Muhammad Jatami en 1998), conocida como Alianza de Civilizaciones, asumida por la ONU y respaldada por el Primer Ministro de Turquía Recep Tayip Erdogan.

Son dos modos radicalmente opuestos de concebir la vida en general, pero sin embargo en su dimensión espiritual persiguen los mismos fines. Desgraciadamente, los puntos de encuentro no se han producido nunca y la superación de ambas concepciones es una obligación urgente, ya que el futuro depende de encontrar la fórmula para construir los puentes de comunicación que fortalezcan en definitiva al ser humano, más allá de sus concepciones más atávicas.

¿Qué fuerzas habría que conjurar para transmutar el desencuentro en colaboración? Se podrían enumerar los posibles motivos del terrorismo extremo de Al Qaeda: la explotación por parte de Occidente, el dogmatismo, el subdesarrollo, las fuerzas de abajo hacia arriba impulsadas por la extrema pobreza, por el ‘no tengo nada que perder’, la falta de conocimiento de los otros, etc. Pero la aplicación de soluciones como resultado del análisis no resolverá el problema mientras que se mantenga intacta la necesidad de que sobreviva sólo una de ambas civilizaciones.

Actualmente el Islam lo profesan 1.570 millones de personas repartidas por los cinco continentes y el número de creyentes sigue en aumento. En concreto, en el norte de África, cuna de la ‘Primavera Árabe’ se concentran más de trescientos millones de musulmanes. Cabría preguntarse: ¿Cuál es el secreto de su éxito? ¿Es algo que va unido al creciente número de pobres en el mundo, a la solidaridad de la escasez? ¿Es una oposición generalizada al mundo opulento e insaciable que son las democracias liberales de occidente?

No se trata de convertir Occidente al Islam, pero tampoco se puede pensar en occidentalizar al mundo islámico. Hay que trabajar puntos de encuentro con intereses comunes y ampliar el diálogo hasta permitir una convivencia en colaboración permanente.

Los conflictos en Túnez, Egipto, Libia, Yemen, Siria y finalmente en Malí auguran un futuro incierto e inestable si la Comunidad Internacional no interviene de forma decidida y urgente. Por otra parte, es imprescindible poner en práctica políticas preventivas que se adelanten a la aparición de problemas que desembocan en guerras, de las que al final son víctimas las sociedades civiles.

 

THE FUTURE IS DECIDED IN AFRICA

Islam began its existence in the year 611 with the Prophet Muhammad's revelation of the new religion, and sharia, or Islamic way of life, is contained in the Koran as a guiding principle of Islamic law, as a means of resolving conflicts from a legal-moral dimension.


The clash between Christianity and Islam is a pending since the Middle Ages. The clash of civilizations, popularized by the American political scientist Samuel Huntington in 1991, a fact that could not resolve the initiative of José Luis Rodríguez Zapatero, (originally put forward by the then President Muhammad Khatami of Iran in 1998), known Alliance of Civilizations as assumed by the UN and supported by Prime Minister Recep Tayyip Erdogan of Turkey.


These are two radically different ways of thinking about life in general, but nevertheless in its spiritual striving for common goals. Unfortunately, the meeting points have not ever produced and overcoming both conceptions is an urgent requirement, because the future depends on finding the formula to build bridges of communication that ultimately strengthen the human, beyond their conceptions more atavistic.


What would you conjure forces to transmute the mismatch in collaboration? You could list the possible reasons behind the end of Al Qaeda terrorism: the exploitation by the West, dogmatism, underdevelopment, the bottom-up forces driven by extreme poverty, the 'I have nothing to lose', lack knowledge of the other, and so on. But the implementation of solutions as a result of the analysis will not resolve the problem remains intact while the need to survive only one of the two civilizations.


Currently profess Islam as 1,570 million people across five continents and the number of believers is growing. Specifically, in North Africa, the cradle of the 'Arab Spring' focus over three hundred million Muslims. One might ask: What is the secret of your success? Is it something that is linked to the growing number of poor in the world, to the solidarity of the shortage? Is the world widespread opposition and insatiable wealthy are liberal democracies of the West?


It is not the West convert to Islam, but neither can think westernize the Islamic world. We must work points with common interests and broaden the dialogue to allow coexistence in permanent collaboration.


Conflicts in Tunisia, Egypt, Libya, Yemen, Syria and finally Mali augur uncertain and unstable future if the international community does not intervene decisively and urgently. Moreover, it is essential to implement preventive policies which anticipate the onset of problems that lead to wars, where in the end, civil society are victims.

sábado, 26 de enero de 2013


Consultas en el Reino Unido y en Cataluña

Las crisis económicas han obligado siempre a los políticos a desplegar todas sus capacidades  para poner en práctica soluciones imaginativas. La profunda y duradera crisis que estamos viviendo en sus distintas fases desde el año 2008 ha agotado los recursos a disposición de los gobiernos, independientemente de su signo político, para hacer frente a los desafíos de una situación cada vez más peligrosa. En Europa, la severa política de austeridad impuesta por Alemania, llevada a cabo sin duda por las buenas intenciones de control de la inflación, estrangula el crecimiento económico, lo que se traduce en un aumento del paro, como está ocurriendo en España.

Una difícil situación económica con poco margen de maniobra del ejecutivo para recuperar los niveles razonables de déficit público, como es el caso catalán, ha estimulado el malestar en parte de una sociedad proclive a vivir de espaldas al proyecto nacional español. Por otra parte, los problemas internos de partidos nacionalistas como CiU, con los escándalos de financiación irregular con el dinero de Bruselas destinado a la formación no contribuyen a serenar el ambiente.

Cualquier referéndum tiene como carta de presentación el ejercicio de la libertad democrática de sus ciudadanos. Esto en principio es bueno. Sin embargo, cuando los ciudadanos no ejercen sus derechos desde la razón y se dejan llevar por sentimientos ancestrales, estimulados por políticos de turno con intereses poco claros, la consulta se puede convertir en una trampa que puede conducir a la fractura de la sociedad y la inevitable generación de fuerzas centrífugas que rompen la cohesión y la necesaria convivencia en una situación de crisis.

Las consecuencias e implicaciones de un referéndum sobre la pertenencia o no a un país, no son las mismas que las de un referéndum sobre la pertenencia o no a la Unión Europea, aunque ambas consultas sean de alguna manera consecuencia de esta situación de crisis. La política del Reino Unido con respecto a la Unión Europea siempre se ha caracterizado por una falta de voluntad de entendimiento con Bruselas, y los euroescépticos no son un colectivo insignificante. Por otra parte, no hay que perder de vista los intereses financieros de la City que sufrirían un gran revés si se produce la salida del Reino Unido, y al fin y al cabo, todo se reduce a la economía. Las declaraciones de David Cameron, dirigidas a potenciar el papel de los Estados-nación como alternativa a un proyecto europeo más centrado en los ciudadanos, choca frontalmente con los planes de Bruselas.

En ambos casos, las consecuencias de un triunfo de los separatistas en el caso catalán y los euroescépticos en el caso británico, serían negativas tanto por el deterioro de las relaciones comerciales (Cataluña tiene un intercambio comercial con el resto de España de más del 47% del total de sus exportaciones, y en el Reino Unido las exportaciones a países fuera de la Unión Europea son también importantes, aunque superan a las exportaciones al resto de la Unión Europea), como por el nuevo horizonte de fragmentación y desestabilización social que supondrían el nuevo status.  

 

Referenda in the UK and in Catalonia

Economic crises have forced politicians to always deploy all its capabilities to implement creative solutions. The deep and lasting crisis we are experiencing at different stages since 2008 has exhausted the remedies available to governments, whatever their political colors, to address the challenges of an increasingly dangerous situation. In Europe, the severe austerity imposed by Germany, performed without doubt the good intentions of controlling inflation, strangling economic growth, resulting in a rise in unemployment, as is happening in Spain.

A difficult economic situation with little room to recover executive reasonable levels of public deficit, such as Catalan, has stimulated the discomfort of a society prone to live with his back to the Spanish national project. Moreover, internal problems as CiU nationalist parties, with irregular funding scandals with money from Brussels for training do not contribute to calm the atmosphere.

Any referendum is letter exercising the democratic freedom of its citizens. This is good in principle. However, when citizens do not exercise their rights through reason and feelings are driven by ancestral politicians turn stimulated with unclear interests, the query can become a trap that can lead to fracture society and inevitably generate centrifugal forces that break the necessary cohesion and coexistence in a crisis situation.

In both cases, the consequences of a victory for the separatists in the case of Catalonia and eurosceptics in the British case, would be negative by both the deterioration of trade relations (Catalonia has a trade with the rest of Spain for more than 47% of total exports, and in the UK exports to countries outside the European Union are also important, but exceed exports to the rest of the European Union), and the new horizon of social fragmentation and destabilization that would result in the new status.