Los países BRIC (Brasil, Rusia India y China) están llamados a participar de forma decisiva en el control de la economía mundial en el futuro y su influencia redefinirá el viejo concepto de globalización. Con un índice de crecimiento económico del orden de 8% anual y una población de mil ciento cincuenta millones de habitantes, la India se perfila como uno de los países con mayor peso internacional en el futuro. Con el interés de acercarse a un país con voz y voto en Asia, Rusia ha desplegado una ofensiva diplomática para estrechar los lazos que unían a estos dos países.
Los representantes de India y Rusia, Mammohan Singh y Vladimir Putin han materializado esta nueva fase con la firma de un acuerdo de cooperación para la construcción de al menos 12 reactores nucleares en diferentes regiones de la India. Esta decisión reducirá el consumo de carbón por parte del país subasiático, recurso que actualmente supone un 50% del abastecimiento energético del país. Con la instalación de los reactores nucleares, se pretende aumentar un 100% el porcentaje del uso de la energía nuclear, del 3% al 6% en la década 2010-2020. La colaboración se extiende también al sector armamentístico.
Desde la política internacional hasta la energía limpia, pasando por los descubrimientos científicos más relevantes, todos los temas están de alguna manera interconectados, cada uno influido por la existencia de los demás. Estos vínculos, que a primera vista pasan desapercibidos configuran la compleja red causa-efecto que va definiendo poco a poco la realidad siempre cambiante.
sábado, 13 de marzo de 2010
miércoles, 10 de marzo de 2010
¿Derechos humanos versus intereses nacionales?
Aminatu Haidar ha manifestado días atrás, coincidiendo con la cumbre que tuvo lugar entre la Unión Europea y Marruecos, que es insuficiente la petición de la Unión Europea a Marruecos para que avance en el respeto a los derechos humanos. También tuvo una actitud crítica con el Presidente del Gobierno español al que acusó de anteponer a cualquier cosa el conflicto con Marruecos.
Esta postura del Presidente del Gobierno parecería encontrar una explicación si se tienen en cuenta la necesidad de no dañar los intereses de las empresas españolas en el país vecino. Sin embargo y a pesar de los sucesivos desencuentros: fracaso del acuerdo pesquero en 2001, los problemas ocasionados por el flujo de inmigrantes desde las costas marroquíes, la retirada del embajador marroquí en Madrid en enero de 2008 por la soberanía de Ceuta y Melilla, etc. no han hecho mella en el interés de las empresas españolas en Marruecos.
¿Cuál es entonces la explicación de la forma de proceder del Presidente, aparte de la política de buena vecindad, sobre el contencioso del Sáhara? ¿Porqué no reconoce las afirmaciones contra Marruecos que denuncia Aminatu Haidar sobre violación en el Sáhara de los derechos humanos?
Creo que de la misma forma que José Luis Rodríguez Zapatero corrigió sus declaraciones manifestando sus exigencias a Cuba después del el luctuoso hecho de la muerte de Orlando Zapata, el problema del Sáhara reclama una muestra de valentía del Presidente al menos con la misma contundencia.
Esta postura del Presidente del Gobierno parecería encontrar una explicación si se tienen en cuenta la necesidad de no dañar los intereses de las empresas españolas en el país vecino. Sin embargo y a pesar de los sucesivos desencuentros: fracaso del acuerdo pesquero en 2001, los problemas ocasionados por el flujo de inmigrantes desde las costas marroquíes, la retirada del embajador marroquí en Madrid en enero de 2008 por la soberanía de Ceuta y Melilla, etc. no han hecho mella en el interés de las empresas españolas en Marruecos.
¿Cuál es entonces la explicación de la forma de proceder del Presidente, aparte de la política de buena vecindad, sobre el contencioso del Sáhara? ¿Porqué no reconoce las afirmaciones contra Marruecos que denuncia Aminatu Haidar sobre violación en el Sáhara de los derechos humanos?
Creo que de la misma forma que José Luis Rodríguez Zapatero corrigió sus declaraciones manifestando sus exigencias a Cuba después del el luctuoso hecho de la muerte de Orlando Zapata, el problema del Sáhara reclama una muestra de valentía del Presidente al menos con la misma contundencia.
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